DIP. CITLALI CALIXTO JIMÉNEZ
“Hay que darle oportunidad a los jóvenes”,
fueron las palabras que pronunció nuestro Presidente de la República, Andrés
Manuel López Obrador, tras anunciar este lunes que Luisa María Alcalde Luján es
la nueva Secretaria de Gobernación.
Una mujer de 35 años de edad, abogada,
inteligente, tenaz, fiel a los principios de la Cuarta Transformación y con 4
años de experiencia al frente de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social
son algunas de las características de la nueva secretaria de Gobernación, quien
ha sorprendido por su nombramiento a tan corta edad.
La compañera Luisa Alcalde cuenta con
múltiples cualidades que sumadas a la coyuntura política actual, da materia
para un análisis que me permitiré desarrollar en las siguientes líneas. La
Cuarta Transformación irradia relevo generacional y este hecho así lo
demuestra.
Hace cuatro años, nuestro Presidente hizo
historia al nombrar a Olga Sánchez Cordero como Secretaria de Gobernación,
convirtiéndose en la primera mujer en ocupar dicho cargo. Un cargo
históricamente patriarcal, reservado para la mano derecha del presidente y, en
muchos casos, para el sucesor presidencial, finalmente fue democratizado y
aperturado para una mujer intachable, con experiencia y conocimientos.
Ese momento fue, sin duda, histórico, pues
consolidó la congruencia del movimiento al instituir un gabinete completamente
paritario. A cuatro años han acontecido diversos movimientos y hoy nuevamente
se hace historia al nombrar a una mujer joven en este cargo tan importante.
Desde luego, la cultura adultocentrista y
patriarcal no se ha hecho esperar y ya han comenzado a circular un sinnúmero de
críticas a esta designación argumentando lo que siempre se dice de las
juventudes: falta de experiencia e incapacidad para resolver conflictos. Desde
luego, son argumentos fundados en una resistencia irracional, pero que poco a
poco hemos ido desterrando, y me permito ahondar en ello.
Cuando Luisa Alcalde estuvo al frente de la
Secretaría de Trabajo y Previsión Social se registraron aumentos históricos al
salario mínimo. Durante su gestión el salario mínimo pasó de 88.36 pesos
diarios a 207.45 pesos diarios. Todo ello pese a las incontables advertencias
de economistas neoliberales que advertían que un aumento al salario mínimo se
traduciría en aumento de la inflación y en decrecimiento económico para el
país. ¿Qué ocurrió? Todo lo contrario: esos miedos infundados en realidad
protegieron el poder adquisitivo de las familias más pobres y han establecido
una línea mínima para el trabajo digno.
Por primera vez se tomaron decisiones
considerando el bienestar de la clase trabajadora y no de las empresas. De eso
trata la Cuarta Transformación.
Por otro lado, bajo su gestión existió una
coordinación institucional inédita que dio como resultado un segundo logro
histórico: la aprobación de las vacaciones dignas.
Con este aumento histórico se establece que
los trabajadores formales tienen derecho a 12 días de descanso en el primer año
trabajado, posteriormente cada año se aumentarán dos días hasta llegar a los 20
y luego se sumarán dos días por cada cinco años.
Así, con este nuevo esquema de vacaciones
se fortalecieron los derechos laborales, el derecho al descanso y al mismo
tiempo los indicadores económicos. Estudios de Apli estiman a partir de esta
reforma una disminución de la rotación para las empresas, concepto que genera
costos por 1.1 billones de pesos anuales, pues el 40% de la Población
Económicamente Activa cambiaba de trabajo cada año.
Aunado a eso los múltiples esfuerzos
combatiendo el outsourcing y defendiendo los derechos laborales le han valido
una experiencia única en el servicio público que dan cuenta de dos hechos: su
capacidad para lidiar con resistencias empresariales y de grupos fácticos; y su
capacidad para conciliar entre distintas fuerzas para tomar acuerdos.
De tal suerte, el caso de Luisa Alcalde
ejemplifica cómo las juventudes no estamos peleadas con la experiencia, con la
resolución de conflictos ni con el buen desempeño en la administración pública.
Una mujer joven entregó más resultados y de mayor trascendencia que cualquier
antecesor que tuvo en dicha Secretaría.
Así, el perfil de Luisa Alcalde no sólo
cubre las necesidades de este nuevo encargo, sino que también rompe un
paradigma que vincula la experiencia con la edad y abre la puerta a una nueva
forma de hacer política.
Mucho se celebró que jóvenes de 18 años en
adelante podamos ocupar diputaciones federales, sin embargo, no fue un hecho
aislado. La Cuarta Transformación reconoce que vivimos un momento histórico en
el que las juventudes estamos politizadas, somos sensibles ante las necesidades
del país y tenemos el espíritu revolucionario e innovador que se requiere para
tener aproximaciones nuevas y con ideas frescas.
La Cuarta Transformación es una realidad,
hoy existimos más jóvenes que nunca en cargos de elección popular, sin embargo,
estoy segura de que no se compara con la cantidad de jóvenes que llegarán a
espacios en el siguiente proceso electoral. La política requiere de voluntad,
de compromiso y de conocimientos; y los jóvenes tenemos todo eso y más.
La Secretaría de Gobernación es una de las
dependencias más complejas de la administración pública federal, sin embargo,
sé que no será impedimento alguno para que Luisa Alcalde tenga una gestión de
resultados con estricto apego a la legalidad y a los derechos humanos. Le
deseamos todo el éxito del mundo, pues si le va bien a Luisa, le va bien a
México.
Es tiempo de las juventudes. “Hay que darle
oportunidad a los jóvenes”.